EN LÍNEA
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Rafael Vargas
Conmemoramos el legado de Carlos Monsiváis con uno de los últimos actos públicos que se hicieron en su honor: la adquisición de su biblioteca para crear, junto con otras cuatro colecciones privadas, un gran acervo literario en la Biblioteca de México denominada la Ciudad de los Libros.
La biblioteca de Monsiváis, calculada en veinticinco mil volúmenes, era, como dice Rafael Vargas: “tan singular y diversa como él. Seguramente tenía su misma edad, y en ella había lugar para todo tipo de libros de arte, literatura, ciencias sociales, música, política, historia; toda clase de revistas de todas partes del mundo… con lo años se volvió una selva autoproliferante en la que sólo él mismo podía orientarse bien. En el extremo sur, al lado izquierdo de la entrada, estaba su escritorio, una suerte de claro, si cabe llamarlo así, porque su superficie también estaba llena de papeles, libros y periódicos como el entorno. En él, Monsiváis se refugiaba y nada lo interrumpía, salvo el constante timbre del teléfono, el visitante inoportuno, alguno de sus sedantes gatos…”
En uno de los muros de la biblioteca se encuentra un mural hecho con telar que representa al cronista junto con uno de sus gatos rodeado de sus libros. Esta obra fue realizada por uno de los amigos más entrañables de Monsiváis, Francisco Toledo, y se une al proyecto que convocó a renombrados artistas visuales a establecer un diálogo entre las artes y las letras en este espacio privilegiado.
