En búsqueda del gran venado

Margarita de Orellana

En Artes de México estamos convencidos de que vale la pena estudiar y difundir la riqueza cultural de las comunidades indígenas, de reflexionar sobre su profundidad vital. Esa dimensión estética se revela en sus tradiciones orales, en sus rituales, en sus fiestas, en sus danzas y en sus mitos. Nos hemos dado cuenta de que se conocen y aprecian poco, debido a muchos años de indiferencia e ignorancia de una gran parte de la población de este país. Las elites desinteresadas de la diversidad de México crecen, pero nosotros sabemos que los más ricos, en todos los sentidos, son los que encarnan esa pluralidad y no aquellos que persiguen la homogeneización imitadora de “modernidades” con lujo de oropel. Gracias a los trabajos minuciosos de antropólogos, historiadores y apasionados de las culturas indígenas, en Artes de México hemos registrado lo que nos parece deslumbrante en este horizonte: hemos mostrado el arte huichol y sus complejidades asombrosas, el mundo de los tarahumaras, los ritos y mitos de diversas culturas mayas, huastecas, zapotecas y otomíes.

Esta edición es un intento más para acercarnos a esa dimensión de la riqueza cultural de México en la que, para sorpresa de muchos y confirmación de otros, el venado es un gran protagonista. Un antropólogo joven, Damián González Pérez, se nos acercó hace tiempo para invitarnos a incursionar en el tema del venado, que habíamos vislumbrado cuando nos introdujimos en la cultura de los huicholes. Por siglos, este elegante animal ha estado presente en muchas tradiciones orales y en los rituales de las comunidades del norte y del sur del país, y llega incluso hasta Guatemala.

¿Quién es este ser, animal y humano, para los yaquis? ¿Por qué la danza es el arte preponderante en los rituales yaquis y mayos? ¿Qué nos revelan estas ceremonias sobre la concepción de este animal, hoy en peligro de extinción? Sabemos que en muchas de estas comunidades, como en las antiguas culturas mesoamericanas, los animales no sólo formaban parte esencial de su universo cotidiano, sino también del religioso. Al venado se le adjudicaban atributos y poderes sobrenaturales, como el de transformarse. Eso se percibe hoy en sus rituales y narraciones míticas. Para los huicholes el venado es cazador y presa, peyote y ancestro, y por lo tanto deidad. El venado en las culturas nahuas de la Sierra Negra de Puebla es protagonista de un mito de suma importancia: el rito de su caza también es un acto de seducción con una fuerte carga sexual. El venado además se puede transformar en una boa, porque comparte con ella la facultad de mudar, aquélla de piel y el venado de astas. En Oaxaca, este animal representa riqueza entre los chinantecos y los zapotecos, y al estar relacionado con el rayo, anuncia las lluvias. En Guatemala, cuando está por llegar el primer aguacero, los mayas dicen: “¡Está pariendo la venada!”

Todas las voces que nos hablan hoy de sus creencias sobre este mítico animal adquieren un sentido histórico y antropológico antiguo y profundo que Guilhem Olivier nos revela al principio de esta publicación. Vemos algunos aspectos del origen de estos mitos y la enorme importancia de la cacería antes de la llegada de los españoles en toda Mesoamérica, con sus dimensiones eróticas y rituales. Estas creencias repartidas hoy por todo el país son parte de un linaje. Artes de México recoge aquí, en su dimensión estética, tanto tradiciones orales como imágenes de las celebraciones y la narrativa particular de muchos de sus mitos. Ésta es una invitación para que conozcamos y reconozcamos una parte de esta riqueza simbólica y ritual que por mucho tiempo hemos ignorado.